Puente de Otinapa
El tren llegó a Durango el 16 de Octubre de 1892 lo cual fue todo un acontecimiento celebrado por los habitantes de la ciudad de Durango, convirtiéndose en un día de fiesta popular. Las casas fueron engalanadas y todas las clases sociales se dieron cita en el edificio de la estación del ferrocarril para ver la llegada de aquel “caballo negro” que por primera vez llegaba a la ciudad de Durango, sacudiéndola con su largo y estridente silbido. Eran las 6 de la tarde cuando el tren hizo su aparición, siendo recibido con aplausos y vivas por todo el pueblo.
Su llegada trajo la necesidad de tirar nuevas líneas y una de las más impresionantes sin duda fue la de Durango-El Salto, encontrándose grandes dificultades para el tendido de las vías por lo montañoso del terreno, obligando a los constructores a hacer cortes enormes de montaña, así como puentes y alcantarillas para sortear los arroyos serranos.
Uno de los grandes retos para la época fue la construcción del túnel de Nevería, con 207 Mts. de largo (este túnel se localiza en el Km. 37). Otro gran obstáculo fue pasar sobre el Río Chico, para lo cual se proyecto construir un puente.
El puente de Río Chico, aunque su forma es la de un arco, no es en realidad un arco, es decir, un tipo de construcción cuya estabilidad depende de los empujes horizontales de los apoyos, sino un puente de los llamados Cantilever”.
La longitud total del puente, entre respaldos y estribos es de 213.82 metros. La construcción de este puente fue hecha por los Ferrocarriles Nacionales de México en el año de 1912. Como dato curioso, el costo fue de $301,582.04, de los cuales correspondieron $138,109.40 solamente al acero empleado.










Este ferrocarril hacia la zona boscosa de Durango tuvo su importancia por la actividad minera y forestal que se tenía, ahora en día podría representar una gran actividad turística (ojalá algún día suceda), tomando como ejemplo al Chepe de las Barrancas del Cobre en Chihuahua.
Creemos que el puente es buen pretexto para escaparte de la rutina de la semana y salir a visitarlo un buen fin de semana. Por su cercanía con la ciudad te puedes ir en cualquier vehículo, hacerlo en bicicleta de montaña es un gran reto y muy panorámico, igual es interesante hacer senderismo por el terraplén.



