Nazas
A los primeros pobladores de esta región se les conocían con el nombre de “Nazas” porque se dedicaban a la pesca, empleando los utensilios primitivos conocidos con este nombre.
El capitán español José Berrotarán fundó en 1725 la villa de los Cinco Señores, que más tarde se convertiría en lo que hoy conocemos como el municipio de Nazas. El establecimiento de esta antigua villa fue principalmente iniciar una campaña contra los indígenas rebeldes, para lo cual, los españoles usaron a 125 familias tarahumaras ya pacíficas para que se establecieran ahí. Los aborígenes se conocían con el nombre de “Nazas” porque se dedicaban a la pesca, empleando los utensilios primitivos conocidos con este nombre.
Este municipio, rico en toda la extensión de la palabra, posee un verdadero vergel gracias a que es bañado por el “Padre Nazas”, el cual brinda fertilidad a las tierras. Aquí dominan las extensas nogaleras, los campos de alfalfa, maíz, sorgo y todo tipo de forrajes. La pesca es abundante y se siguen usando las “nazas” que son el principal instrumento de pesca, hechas de vara de mimbre y sauz, herramientas creadas por los indígenas prehispánicos.


























Su cabecera municipal es una pequeña ciudad tranquila y pintoresca, que guarda con recelo su rica arquitectura colonial y sus amplias casonas porfirianas. La plaza de armas enmarca su hermosa parroquia dedicada a Santa Ana, sin dejar de impresionarnos la marcada inclinación de su torre.
Este municipio no solo es paisaje, fincas, ni el imponente y caudaloso río Nazas, ¡es su gente!, esto es lo que verdaderamente lo convierte en un pueblo hermoso y lleno de vida.